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CARTAYA (EL MAR DE PINOS) - HUELVA

Pinus pinea, nombres latinos que vienen a significar pinos de la piña, también conocido por estas tierras como pino piñonero, es una especie arbórea de la familia de la pináceas, originaria de la región mediterránea. En la provincia de Huelva es común su distribución en grandes bosques costeros. Los exuberantes pinares de pino piñonero en esta provincia huelen a costa, son el preludio del inmenso mar salado, del océano Atlántico. De las aproximadamente 92.000 hectáreas con las que cuenta la provincia de Huelva de esta especie conífera, nos vamos a detener en una preciosa porción de estas pináceas del término municipal de Cartaya. Vamos a recorrer parte de este bosque, tanto a ras de suelo como acariciando las copas de sus pinos. Observamos la gran cobertura de este bosque donde sus copas, con forma de sombrillas, se unen para formar un dosel denso y cerrado. El patrimonio forestal de Cartaya, o Campo Común, es conocido popularmente como Pinares de Cartaya, puesto que la especie más numerosa y más representativa del territorio cartayero es el pino piñonero, abarcando aproximadamente una superficie de 11.500 hactáreas. El Campo Común de Cartaya posee un gran valor ecológico y paisajístico y está dividido en dos entornos bien diferenciados entre ellos: el Campo Común de Arriba, con una superficie aproximada de 7.629 hectáreas, y el Campo Común de Abajo, con una extensión de 3.533 hectáreas. El Campo Común de Arriba, con un relieve más escarpado, además de servir de zona cinegética y usarse como suelo para realizar trabajos tradicionales como los boliches de carbón vegetal y de uso recreativo, también actúa como corredor ecológico para especies de aves y mamíferos que conecta la costa con el Andévalo. El ejército de coníferas que vamos a observar se localiza en el Campo Común de Abajo, al sur del término municipal de Cartaya, lindando con el cordón dunar. Esta hermosa masa arbórea se extiende hasta el mismo acantilado que asoma a sus playas. Y es en este punto donde apreciamos esta bella y armoniosa fusión paisajística: celeste cielo, verde del inmenso espacio conífero, azules aguas atlánticas (con la ría del Piedras y la playa de Nueva Umbría, separadas por la Flecha del Rompido), el blanco caserío del poblado pesquero-turístico del Rompido…, perfecta paleta de colores. Pinos y pinos, y más pinos, y mucho verde, “verde que te quiero verde”…Nos pusimos a contarlos…pero desistimos. Un mar de pinos, un infinito pinar se abría ante nuestros ojos, y nos preguntamos: ¿cuántos pinos habrá?, ¿hasta dónde llegarán?, absurdas incógnitas para tanta belleza. En este patrimonio medioambiental cartayero podemos encontrar merenderos, áreas recreativas y senderos para poder disfrutar de este excepcional entorno natural. Y hablando de senderos, para poner en valor el pinar de Cartaya como recurso medioambiental, turístico y deportivo de primer orden, existe un ambicioso proyecto basado en la creación de una amplia red de senderos que permitirán adentrarse en el monte público cartayero, conocer de primera mano su riqueza medioambiental y disfrutar de una de las joyas del patrimonio natural de la localidad y de la provincia. Aparte, los vastos pinares de Cartaya no solo constituyen una de las señas de identidad y el escenario del acervo histórico y etnográfico cartayeros, sino que además genera un ecosistema con las condiciones idóneas para el desarrollo de una sólida economía verde a través del aprovechamiento del piñón. En nuestro recorrido a ras de suelo podemos disfrutar de la aportación arbustiva formada por una gran variedad de especies vegetales características del bosque mediterráneo (piso termodinámico), así como de las verdes hierbas de una incipiente primavera. El recorrido alto nos da una perspectiva del inmenso pinar así como del fronterizo paisaje costero, con todos los ingredientes antes descritos. Nota: Imágenes, vídeos, música o textos pueden haber sido cedidos por amigos y colaboradores del canal pero siempre sin ánimo de lucro.