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Visitar Qellqata pampa, nos transporta a un mundo mágico imaginario de Mitos y Leyendas que emociona y acelera el corazón. He vuelto a releer para no perderme en ningún detalle este maravilloso Mito de Inkarri que es un mito actual con raíces en el pasado colonial. Estos relatos nos hablan de tiempos remotos explicándonos de manera sencilla como nacieron los dioses tutelares o apus, como fue creado el mundo y los seres humanos. En fin, se relatan acontecimientos extraordinarios que explican, no sólo la razón de la vida, sino también la historia de los pueblos. Un fragmento del mito en la versión de Mateo Garriaso, cabecilla del ayllu de Chaupi, realizada por José María Arguedas y Josafat Roel Pineda dice: Dicen que Dios Inkarri fue hijo de mujer salvaje. Su padre dicen que fue el padre Sol. Aquella mujer salvaje parió a Inkarri que fue engendrado por el padre Sol. La obra del Inka está en Aqnu. En la pampa de Qellqata está hirviendo el vino, la chicha y el aguardiente. Inkarri arreó a las piedras con su azote, ordenándolas. Las arreó hacia las alturas, con un azote, ordenándolas. Después fundó esta ciudad. (Ossio, 1973, p. 221) Bueno. Después de cuanto he dicho, Inkarri encerró al viento de Osqonta, el grande. Y el Osqonta pequeño amarró al padre Sol, para que durara el tiempo, para que durara el día. A fin de que Inkarri pudiera hacer lo que tenía que hacer. Después, cuando hubo amarrado el viento, arrojó una barreta de oro desde la cima de Osqonta el grande. “Si podrá caber el Cuzco”, diciendo. No cupo en la pampa de Qellqata. La barreta se lanzó hacia adentro. “No quepo”, diciendo. Se mudó hasta donde está el Cuzco. (Ossio, 1973, p. 221). “Texto extraído de: TRAS LAS HUELLAS DEL INKARRI”