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La Última Danza de los akuntsu, parte del documental de Survival Indígenas Aislados. Ana Belén y Óscar Jaenada narran la historia del genocidio de los akuntsu. Hoy en día, los akuntsu ocupan una pequeña parcela de bosque. Ha sido reconocida legalmente y demarcada por el Gobierno brasileño, pero se encuentra rodeada de enormes haciendas de ganado y plantaciones de Éstas reemplazan a las que fueran extensas selvas de Rondônia, y que un día constituyeron el hogar de numerosos pueblos indígenas. Viven en una comunidad en dos pequeñas malocas (casas comunales) hechas de paja. Son cazadores aficionados el jabalí, el agutí y el tapir son piezas muy apreciadas -, y cultivan el maíz y la mandioca en pequeños huertos. También recolectan frutas del bosque y a veces pescan peces de pequeño tamaño en los arroyos. Los akuntsu fabrican flautas de madera que utilizan en danzas y rituales. LLevan pulseras y tobilleras hechas de fibra de palmera. Los collares de conchas han sido sustituidos por otros de plástico brillante que los akuntsu recortan de contenedores de pesticida desechados por los terratenientes. Para las ceremonias se pintan el cuerpo con bija (tinte de annato). Konibu, el mayor de los dos hombres akuntsu, es chamán. Fabrica rapé a partir de hojas de tabaco, lo inhala para comunicarse con el mundo de los espíritus y lo exhala sobre su familia y visitantes para alejar a los malos espíritus y para purificar el cuerpo. The Akuntsu's Last Dance, part of Survival's Uncontacted Tribes films. Julie Christie tells the story of the Akuntsu's genocide. Today the Akuntsu occupy a small patch of forest. It has been legally recognised and demarcated by the Brazilian government, but is surrounded by huge cattle ranches and soya plantations. These have replaced the once extensive rainforests of Rondônia which were home to many tribes. They live in one community, in two small malocas (communal houses) made of straw. They are keen hunters—wild pig, agoutis and tapir are all prized—and cultivate small gardens where they grow manioc and corn. They also gather forest fruits and sometimes catch small fish in the creeks. The Akuntsu make wooden flutes which are used in dances and rituals. They wear arm bands and anklets made of palm fibre. Shell necklaces have been replaced by necklaces of bright plastic which the Akuntsu cut from the pesticide containers left as litter by the ranchers. They paint their bodies with urucum (annatto dye) for ceremonies. Konibu, the elder of the two Akuntsu men, is a shaman. He makes snuff from tobacco leaves and inhales this to communicate with the spirit world, and blows it over his family and visitors to ward off bad spirits and cleanse the body. FUENTE: http://www.survival.es