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El 8 de marzo de 1960, un avión militar norteamericano tuvo que aterrizar de emergencia junto al Picón de Jérez del Marquesado, a 2.600 metros de altitud. El piloto y otro ocupante se presentaron en el pueblo y se hicieron entender doblando una hoja de periódico con forma de avión. Lo estrellaron y entonces las 'fuerzas vivas' del pueblo entendieron lo que había ocurrido. Dio comienzo entonces un rescate histórico que cambió la historia de Jérez del Marquesado y que nadie por allí ha olvidado 50 años después. Antonio Lorente y Manuel Porcel fueron dos de los que se lanzaron a la montaña a pesar de la tormenta que azotaba Sierra Nevada. Lucharon durante horas contra la oscuridad y la ventisca, pero conocían la montaña palmo a palmo: "Recuerdo haberlo pasado mal, a veces nos quedábamos enterrados hasta el cuello en nieve y nos teníamos que sacar unos a otros", dice Antonio. Encontraron el avión semienterrado en la nieve en la Piedra del Lobo, justo bajo el Picón. "Cuando entramos, la escena era un poco dantesca. No estaban heridos de gravedad, pero daban alaridos de dolor". Seis hombres llegaron al aparato y se dividieron, de forma que tres se quedaron a pasar la noche con los heridos y los otros bajaron al pueblo para indicar la posición del avión. Al hacerse de día, bajaron a los once marines que estaban en mejores condiciones y llegaron hasta el 'Posterillo', donde había algunos vehículos que los transportaron al pueblo. Pero aún quedaban una docena de hombres en el avión a los que había que atender. Decenas de personas subieron entonces a la sierra para seguir con el rescate, que se extendió durante varios días, hasta que los 24 ocupantes del avión quedaron a salvo. Hasta el pueblo llegaron aquellos días las máximas autoridades de Granada, del Ejército y hasta del Ejército norteamericano, que como muestra de gratitud donó el avión al pueblo de Jérez, que se encargó de bajarlo pieza a pieza ya en verano. El embajador americano también visitó el pueblo, para lo que los vecinos engalanaron los balcones al estilo de la película 'Bienvenido Míster Marshall'. Después de aquello, los americanos quisieron mantener el contacto con los vecinos y enviaron víveres durante años. Mañana, cuando se cumplen 50 años del accidente, celebrarán una vez más la valentía de las gentes de Jérez que les salvaron la vida. Venían de Capodichino, Nápoles (Italia), con destino a la Base Aeronaval (Cádiz), donde realizaría una escala antes de partir hacia la NAS Port Lyautey, en Kenitra (Marruecos). A los mandos se encontraban el Comandante de la aeronave, teniente Frank Renigar, y el copiloto, teniente Clifford V. Jensen, con 2.371 y 8.860 horas de vuelo, respectivamente. La ruta, según el plan de vuelo y a nivel 80, era: PonzaAlghero, Palma de Mallorca, Valencia y Rota. El tiempo estimado del vuelo era de 5 horas y 54 minutos, y a bordo viajaban 6 tripulantes y 18 pasajeros. Tras el despegue, el viaje se realizó en condiciones de vuelo visual (VMC), excepto durante 30 minutos, que se hizo en instrumental (IMC) antes de alcanzar Palma. A las 13:45 horas, el avión, volando en condiciones IMC a través de una fuerte tormenta de nieve, se vio atrapado en una corriente de aire descendente, lo que originó una rápida pérdida de altura de unos 400 pies. Acto seguido, la tripulación pudo observar las montañas tanto por debajo como por encima de ellos. Inmediatamente el copiloto elevó el morro del aparato y aplicó máxima potencia a los motores, pero con la velocidad real que llevaban, estimada en unos 80 kts, asumió que el impacto contra el terreno era inevitable y decidió cortar magnetos parando así los motores. Gracias a la pericia demostrada por los tripulantes, el avión remontó lo suficiente para no impactar frontalmente, tocando suavemente de panza en la falda del Picón de Jérez -3.088 metros de altura-. Tras la colisión, el aparato de deslizó por la nieve ladera abajo, sorteando milagrosamente las rocas y perdiendo en su trayectoria dos de sus cuatro motores y parte del ala izquierda. Tras deslizarse unos 1.200 metros, el DC-4 “Skymaster” se detuvo en el mismo borde del tajo “Chorreras negras” a una altura de 2.400 metros. A las 20:25 horas la Estación Naval de Rota notificó haber recibido un mensaje de control de Sevilla comunicando que las autoridades españolas de Guadix habían sido alertadas por dos tripulantes del aparato, y que el mismo había caído a 25 millas al este de Granada. El informe de investigación del accidente emitido por la USN concluía que: “La principal causa del accidente fue un inadecuado plan de vuelo. La causa subyacente fue negligencia por parte de ambos pilotos. Poco más puede decirse respecto al error humano. Este insólito accidente es ciertamente atípico de la alta cualificación mantenida por los comandantes de los aviones de transporte”.