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Por qué TODAS las armas rusas son una porquería y nadie las comprará

El armamento ruso, que en su día fue una fuerza a tener en cuenta en el comercio mundial de armas, ha experimentado un cambio significativo. ¿Qué hay detrás de la caída de las exportaciones de armas rusas y quién ha ascendido hasta convertirse en el segundo mayor traficante de armas del mundo? ¿Y se puede adivinar quién sigue ocupando el primer puesto? En el apogeo de la Guerra Fría, uno de los principales índices del poder soviético era la cantidad de armas que exportaba al resto del mundo. Ya fuera para apoyar a un socio en una de las muchas guerras por delegación en curso, para reforzar la fuerza de un miembro del Pacto de Varsovia o para reforzar el ascenso de futuros tiranos del Tercer Mundo, siempre parecía haber un mercado dispuesto a comprar las reservas de Kalashnikovs, MiG y T-62 sin usar, que abarrotaban los numerosos depósitos excedentes de la Unión Soviética. Sin embargo, cuando la URSS se derrumbó a principios de los años 90, las exportaciones de armas rusas cayeron drásticamente. Bajo el liderazgo del presidente ruso Vladimir Putin, el país experimentó un resurgimiento temporal de las ventas de armas a lo largo de las décadas de 2000 y 2010. Esta tendencia al alza coincidió con intervenciones militares más frecuentes fuera de las fronteras de Rusia, especialmente en lugares como Georgia en 2008 y Siria en 2015.