Русские видео

Сейчас в тренде

Иностранные видео


Скачать с ютуб LA DESTRUYCIÓN DE NUMANCIA de MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA: Acto IV, vv. 1788-1855 в хорошем качестве

LA DESTRUYCIÓN DE NUMANCIA de MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA: Acto IV, vv. 1788-1855 3 года назад


Если кнопки скачивания не загрузились НАЖМИТЕ ЗДЕСЬ или обновите страницу
Если возникают проблемы со скачиванием, пожалуйста напишите в поддержку по адресу внизу страницы.
Спасибо за использование сервиса savevideohd.ru



LA DESTRUYCIÓN DE NUMANCIA de MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA: Acto IV, vv. 1788-1855

ALEX SARABIA es MORANDRO La destruyción de Numancia Edición de Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo Acto IV, vv. 1788-1855 MORANDRO: ¿No vienes, Leoncio? Di: ¿qués esto, mi dulce amigo? Si tú no vienes conmigo, ¿cómo vengo yo sin ti? Amigo, ¿que te has quedado? Amigo, ¿que te quedaste? ¡No eres tú el que me dejaste, sino yo el que te he dejado! ¿Que es posible que ya dan tus carnes despedazadas señales averiguadas de lo que cuesta este pan? ¿Y es posible que la herida que a ti te dejó difunto, en aquel instante y punto no me quitó a mí la vida? No quiso el hado cruel acabarme en paso tal, por hacerme a mí más mal y hacerte a ti más fiel. Tú, en fin, llevarás la palma de más verdadero amigo; yo a desculparme contigo enviaré bien presto el alma; y tan presto, quel afán a morir me llama y tira, en dando a mi dulce Lira este tan amargo pan. Pan ganado de enemigos; pero no ha sido ganado, sino con sangre comprado de dos sin ventura amigos. […] Ves aquí, Lira, cumplida mi palabra y mis porfías de que tú no morirías mientras yo tuviese vida. Y aun podré mejor decir que presto vendrás a ver que a ti sobrará el comer y a mí faltará el vivir. […] Pero mi sangre vertida, y con este pan mezclada, te ha de dar, mi dulce amada, triste y amarga comida. Ves aquí el pan que guardaban ochenta mil enemigos, que cuesta de dos amigos las vidas que más amaban. Y, porque lo entiendas cierto y cuánto tu amor merezco, ya yo, señora, perezco, y Leoncio ya está muerto. Mi voluntad sana y justa recíbela con amor, que es la comida mejor y de que el alma más gusta. Y, pues en tormenta y calma siempre has sido mi señora, recibe este cuerpo agora, como recibiste el alma.

Comments