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Cuentos en la bruma.- La huella romana en Castilla y León (15/07/2017)

Cuentos en la bruma.- La huella romana en Castilla y León (15/07/2017) Durante varios siglos desde Roma se extendió una red que pretendía no solamente conquistar territorio sino expandir una forma de entender el mundo, desde el lado más espiritual, hasta el más terrenal. El Imperio Romano llegó hasta la Península y aquí demostró todas las habilidades y conocimientos adquiridos y dejó su huella en forma de construcciones que han logrado sobrevivir más de 2.000 años. Ciudades enteras como Tiermes evidencian la capacidad organizativa del urbanismo romano, que incluso llegó a crear acueductos capaces de traer agua desde más de 3 kilómetros. Precisamente, esa era la cualidad que debía cumplir cualquier urb: acceso al líquido elemento. De todas las construcciones levantadas para ello destaca el acueducto de Segovia que incluso posee una parte subterránea. El agua también servía para evitar enfermedades y en la localidad de Astorga un entramado de túneles subterráneos configuró un entramado de cloacas que hoy en día continúa en uso en buena parte de su trazado. Agua que también, cuando aún estaba limpia, servía para llenar las termas que en el subsuelo de la localidad aún son reconocidas. Y sin salir de la provincia de León, en el Bierzo, los romanos encontraron la fórmula perfecta para financiar la conquista: el oro. Si las Médulas son el paradigma de la minería aurífera a cielo abierto, en Llamas de Cabrera está el mejor ejemplo de la minería subterránea. ¿Y por dónde trasladar todas estas riquezas o el material para construir? Por las calzadas, verdaderas autopistas que han sido utilizadas posteriormente como caminos tradicionales y que incluso comparten trazado con nuestras actuales vías de comunicación. De todas ellas, la mejor documentada es la Vía 27, en la provincia de Soria, que unía las localidades de Uxama y Numancia.